miércoles, 7 de diciembre de 2011

Gracias!


Un viaje viene cargado de muchas cosas, organización, curiosidad, energías, sorpresa, cansancio, deseo, costos, tiempos... y este viaje no fue la excepción. Pero sin duda este fue un viaje personal. Y más que nunca entiendo que los eventos en nuestra vida se definen por lo que son, pero también por el contexto en el que suceden.

Pude relacionarme con las ciudades que visité de una forma muy sincera, interactué con ellas tratando de interpretar su mensaje y participar de su sinergia. Entendí que la sorpresa es la retribución de salir de lo propio y conocido para dar lugar a lo nuevo y distinto.

Un camino, una calle, una senda. Todos los fuegos el fuego, todas las calles la calle, diría Cortazar. Podríamos decir que es una senda peatonal emblemática, el cruce de Abbey Road. Sabían que en Londres hay algunos cruces en los que ni bien ponés el pie en la calle, los autos frenan vengan a la velocidad que vengan? Les puedo asegurar que cuando yo, Martu, crucé, me apoderé de esas 6 franjas blancas que separaban una vereda de la otra. Entendiendo que los ritmos dependen exclusivamente de mí, acepto el desafío.

Hasta acá llega este blog. Fue realmente un placer tenerlos de lectores. Cuando se comparte, el viaje se disfruta exponencialmente. Les puedo asegurar que cuando decidía qué comer pensaba en todos ustedes y que ninguno se me quedara con hambre. 
GRACIAS a aquellos que participaron como motivadores de este viaje. Es lindo cuando los demás se involucran en la búsqueda de tu felicidad, es lindo que aquellos que te quieren te demuestren que te conocen.

Gracias por viajar conmigo!
 (ya me siento una aerolínea...)

1 comentario:

  1. se me pianto un lagrimón! que lindo lo que decis de la sorpresa...y del ritmo.... que bueno que el balance de tu viaje sea tan positivo. ysegui escribiendo martu que lo haces muy bien!!!! un beso mana

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