AMIES! AMIGOS!

He aquí mi primer "post" luego de tanto tiempo sin aparecer. Debo confesar que tengo mucho material, muchas imágenes e historias lindas para contar. Pero decidí empezar por algo que, sin lugar a duda, tiñe mi viaje de comodidad, risas y refelxión. Los amigos!

Obviamente, los primeros, los de fierro: Huguito y Antoine. Parisinos solo en los papeles, porteños en lo importante. Amigos que regaló el intercambio en 2008, y que no fallan. Mirennos comiendo una buena parrillada con Quilmes en pleno París!



Cómo los voy a extrañar!

A la derecha Antoine con Tyffen y el "pettit Louis". Obviamente, el niño ya es de Argentinos Juniors, no Tony?

Qué linda familia.

Y con ustedes, Briac! Quien me recibió tan desinteresadamente en su depto de Rue Nicolo. No nos vimos mucho, ya que es un hombre de avión, pero la buena onda con un enamorado de la Argentina es inevitable.

Sabían que en París existen las moto-taxi? Voilá!

Atrás las valijas bien atadas, y rumbo al aeropuerto! Es más, esta foto la sacó el choffer.

Bon voyage amigo!

Jessica, mi compañera brasilera de cuarto en el hostel. Todo surgió porque su última noche en París me confesó que no había probado los crépes. No tuve opción, mi instinto de cheff me arrastró a L'île Saint-Louis, atrás de Notre Dame, a saldar su deuda. Y sí, ya que estaba la acompañé con uno igualito al suyo. Chica joven y valiente! mucha admiración.

 

En el recorrido por los viñedos en las afueras de París con Le Cordon Bleu, conocí a Carina. Instalada en París por 3 meses para aprender todo sobre sus vinos y su cultura. Me dijo algo muy cierto: "Si bien a todos nos gusta viajar, conocer otras culturas y costumbres, al final del día, todos queremos volver a lo nuestro. Nuestra gente, nuestra tierra, nuestro origen". Fiel a Brasil, fiel a Sao Paulo. Lindo concepto, y para mí muy cierto. Gracias!

Con todos ellos, la frase de despedida fue la misma. "Nos vemos en Buenos Aires!" Los espero a todos!!

 

Pensaron que me olvidé de ustedes?? No podría!!

Estas 2 semanas fueron un constante recuerdo de las andanzas de las 3 argentinitas universitarias enamoradas de París. Sí, me reía sola en el metro acordándome de momentos/charlas/papelones. Y ahí está, 29 Rue de Gutenberg. No se movió! Cómo duran en la memoria las cosas especiales.